Semillas de Europa
Maíz y sorgo, claves para nuestro futuro
Maíz y sorgo
Una completa oferta de semillas adaptada al conjunto de contextos pedoclimáticos europeos
Descubra los testimonios de nuestros profesionales
Los profesionales del sector del maíz y del sorgo le explican todo sobre su trabajo, el uso de las semillas europeas y le dan numerosos consejos. ¡Véalo ya mismo!
Maíz o sorgo, ¿por qué elegir?
El maíz es originario de Centroamérica, mientras que el sorgo proviene del África Subsahariana. Las dos especies pertenecen a la familia de las poáceas (antes denominadas gramíneas) y se encuentran entre los cinco cereales más cultivados en el mundo (el primer y el quinto cereal más cultivado, respectivamente)
Avances
genéticos
Los avances genéticos han permitido que estas especies de origen tropical se adapten a las condiciones pedoclimáticas de una gran parte del continente europeo, El maíz es, en efecto, el segundo cereal más cultivado (en superficies) en Europa. El cultivo del sorgo es más restringido, aunque las superficies no dejan de aumentar gracias a la excelencia de la genética europea.
¿Sabía que...?
Las cualidades de estos dos cultivos los convierten en unos aliados perfectos para las explotaciones agrícolas. Sin duda, apostar por esta complementariedad es una excelente manera de sacar partido de todas las tierras de siembra y garantiza que se disponga de suficientes existencias de forraje para alimentar al ganado.
Cultivos complementarios en la explotación agrícola
¿Y en cuanto al aspecto técnico? No hay nada más sencillo que cultivar estos dos cultivos en la explotación agrícola. Los procedimientos técnicos son relativamente similares y las principales intervenciones requieren el mismo tipo de material. Al elegir variedades adaptadas a objetivos y exigencias determinadas, el cultivo de las dos especies permite, además, distribuir en el tiempo los trabajos de sembrado y cosecha. ¿Y en cuanto al aspecto económico? La diversidad de aplicaciones que ofrecen estos dos cultivos en la explotación agrícola permite garantizar los ingresos. La diversidad de las variedades propuestas ofrece un rango de uso amplio, ya sea para alimentación animal o humana, o incluso para usos industriales.
Aliados para luchar contra el cambio climático
El maíz y el sorgo pertenecen a la familia de plantas denominadas de vía "C4". En un entorno cálido y seco, esto constituye una auténtica ventaja competitiva con respecto a otras especies , ya que tienen la capacidad de perder menos agua por evapotranspiración. Así mismo, tienen más capacidad de captar el CO2 de la atmósfera. Son, pues, mucho más eficaces para la captación natural del carbono. Por otro lado, los seleccionadores ofrecen variedades capaces de tolerar la sequía , así como variedades cuyos niveles de precocidad permiten eludir los periodos de tensión climática potencialmente desfavorables en ciertas etapas del ciclo de los cultivos. La resistencia a fitoparásitos también es una baza importante de la excelencia de la genética europea. Los seleccionadores ofrecen una diversidad de variedades de un gran nivel de productividad y adaptadas al conjunto de los contextos pedoclimáticos europeos.
Plantas activas en la lucha contra el cambio climático
Los ciclos fotosintéticos del maíz y del sorgo de vía "C4" permiten una absorción del CO2 de la atmósfera mucho más eficaz que otros cultivos. El progreso en materia de selección de variedades aporta a las explotaciones agrícolas soluciones avanzadas para responder a los cambios climáticos (resistencia a los fitoparásitos, a la sequía, etc.). La diversidad de las variedades de maíz y sorgo disponibles garantiza un elevado potencial de rendimiento en el conjunto de contextos pedoclimáticos europeos, así como un gran número de posibles aplicaciones.
La complementariedad del maíz y del sorgo es una garantía de éxito para la transición agroecológica